NOVENA EN HONOR A NUESTRO SERÁFICO SAN FRANCISCO
“… Se derramaba en piadoso afecto, no sólo hombres… sino también en las demás criaturas…”
DÍA 5: Novena a San Francisco de Asís (25 de Septiembre al 3 de Octubre)
+ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sumo,
glorioso Dios,
ilumina
las tinieblas de mi corazón
y
dame fe recta,
esperanza
cierta y caridad perfecta,
sentido
y conocimiento, Señor,
para
que cumpla
tu
santo y veraz mandamiento.
ORACIÓN DE SAN JUAN PABLO II A SAN
FRANCISCO DE ASÍS
Oh
San Francisco,
que
recibiste los estigmas en el Monte Alvernia,
el
mundo tiene nostalgia de ti
como icono de Jesús crucificado.
Tiene
necesidad de tu corazón
abierto
a Dios y al hombre,
de
tus pies descalzos y heridos,
y de tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene
nostalgia de tu voz débil,
pero fuerte por el poder del Evangelio.
Ayuda,
Francisco, a los hombres de hoy
a
reconocer el mal del pecado
y a buscar su purificación en la penitencia.
Ayúdalos
a liberarse también
de
las estructuras de pecado,
que oprimen a la sociedad actual.
Reaviva
en la conciencia de los gobernantes
la
urgencia de la paz
en las naciones y entre los pueblos.
Infunde
en los jóvenes tu lozanía de vida,
capaz
de contrastar las insidias
de las múltiples culturas de muerte.
A los
ofendidos por cualquier tipo de maldad
concédeles,
Francisco,
tu alegría de saber perdonar.
A
todos los crucificados por el sufrimiento,
el
hambre y la guerra,
ábreles
de nuevo las puertas de la esperanza.
LECTURAS DEL QUINTO DÍA / VIDA PRIMERA
SEGÚN CELANO, 77
Su
espíritu de caridad se derramaba en piadoso afecto, no sólo sobre hombres que
sufrían necesidad, sino también sobre los mudos y brutos animales, reptiles,
aves y demás criaturas sensibles e insensibles. Pero, entre todos los animales,
amaba con particular afecto y predilección a los corderillos, ya que, por su
humildad, nuestro Señor Jesucristo es comparado frecuentemente en las Sagradas
Escrituras con el cordero, y porque éste es su símbolo más expresivo. Por este
motivo, amaba con más cariño y contemplaba con mayor regocijo las cosas en las
que se encontraba alguna semejanza alegórica del Hijo de Dios. De camino por la
Marca de Ancona, después de haber predicado en la ciudad de este nombre,
marchaba a Osimo junto con el señor Pablo, a quien había nombrado ministro de
todos los hermanos en la dicha provincia; en el campo dio con un pastor que
cuidaba un rebaño de cabras e irascos. Entre tantas cabras e irascos había una
ovejita que caminaba mansamente y pacía tranquila. Al verla, el bienaventurado
Francisco paró en seco y, herido en lo más vivo de su corazón, dando un
profundo suspiro, dijo al hermano que le acompañaba: «¿No ves esa oveja que
camina tan mansa entre cabras e irascos? Así, créemelo, caminaba, manso y
humilde, nuestro Señor Jesucristo entre los fariseos y príncipes de los
sacerdotes. Por esto, te suplico, hijo mío, por amor de Cristo, que, unido a
mí, te compadezcas de esa ovejita y que, pagando por ella lo que valga, la
saquemos de entre las cabras e irascos».
REFLEXIONEMOS…
El
relato que hemos escuchado nos revela el inmenso amor de Francisco por toda la
obra de Dios; este amor así vivido representó en su tiempo algo radicalmente
sorprendente y nuevo. Fue una experiencia que comunicaba al hombre directamente
con lo divino. Francisco logra ver, de una manera asombrosa, en toda la
Creación la belleza que Dios había impreso en cada espacio del universo. Para
Francisco la realidad entera, participante de idéntico origen y dignidad,
estaba a su misma altura, todas las creaturas, sin distinción recibían el
nombre de hermanas, inclusive el hombre leproso en su carne o en sus ideas, el
hereje o infiel. Esta mirada contemplativa sobre la Creación en Francisco es
consecuencia del despojo de toda sed de dominio y de poder. Francisco vive
pobre y es pobre, ama la vida y todo lo que hay en la vida con una infinita
ternura. En él no hay espacio para la destrucción y la explotación de la obra
creada por Dios. De un corazón simple y pobre brotan la ternura y la simpatía,
y a través de ellas se contempla la presencia de Dios en medio nuestro. El
mundo para Francisco es una gran ventana donde se puede observar a Dios.
PARA NUESTRA VIDA FRANCISCANA SEGLAR (
debemos registrarlo en nuestro diario franciscano seglar…)
1.
Que significa para ti la Fraternidad Universal.
2.
Cómo demuestras tu amor hacia la creación de Dios en medio de un mundo
indiferente y poco preocupado por el espacio común (mundo)
3.
Como franciscanos seglares como podemos ser ejemplos de fraternidad con nuestro
medio ambiente.
ORACIÓN CANTICO DE LAS CRIATURAS
Altísimo
y omnipotente buen Señor,
tuyas
son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.
A ti
solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.
Alabado
seas, mi Señor,
en
todas tus criaturas,
especialmente
en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es
bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado
seas, mi Señor,
por
la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.
Alabado
seas, mi Señor, por el hermano viento
y por
el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado
seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por
el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
Alabado
seas, mi Señor,
por
la hermana nuestra madre tierra,
la
cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
Alabado
seas, mi Señor,
por
aquellos que perdonan por tu amor,
y
sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,
porque
de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado
seas, mi Señor,
por
nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Ay de
aquellos que mueran
en pecado mortal.
Bienaventurados
a los que encontrará
en tu
santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.
Alaben
y bendigan a mi Señor
y
denle gracias y sírvanle con gran humildad.
ORACIÓN FINAL
Seráfico
Padre mío San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto,
engrandecido y favorecido de Dios. Porque te veo tan rico en tesoros divinos,
vengo a pedirte limosna. Dámela generoso, por amor al buen Jesús y a nuestra
Madre, la Inmaculada Virgen María, y por el voto que hiciste de dar por su amor
todo lo que se te pidiese. Por amor de Dios te ruego que me obtengas dolor de
mis pecados, la humildad y el amor a tu pasión; conformidad con la voluntad de
Dios, prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltación de la fe,
confusión de la herejía y de los infieles, conversión de los pecadores,
perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del Purgatorio. Te
lo pido por amor de Dios. Así sea.
+ En
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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