NOVENA EN HONOR A NUESTRO SERÁFICO SAN FRANCISCO DE ASÍS
«…Confía, hermano, en el Señor, porque se cumple en nosotros el dicho evangélico: He aquí que os envío como ovejas en medio de lobos… »
DÍA 8: Novena a San Francisco de Asís (25 de Septiembre al 3 de Octubre)
+ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN DE SAN FRANCISCO ANTE EL CRISTO
DE SAN DAMIÁN (ORSD)
Sumo,
glorioso Dios,
ilumina
las tinieblas de mi corazón
y
dame fe recta,
esperanza
cierta y caridad perfecta,
sentido
y conocimiento, Señor,
para
que cumpla
tu
santo y veraz mandamiento.
ORACIÓN DE SAN JUAN PABLO II A SAN
FRANCISCO DE ASÍS
Oh
San Francisco,
que
recibiste los estigmas en el Monte Alvernia,
el
mundo tiene nostalgia de ti
como icono de Jesús crucificado.
Tiene
necesidad de tu corazón
abierto
a Dios y al hombre,
de
tus pies descalzos y heridos,
y de tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene
nostalgia de tu voz débil,
pero fuerte por el poder del Evangelio.
Ayuda,
Francisco, a los hombres de hoy
a
reconocer el mal del pecado
y a buscar su purificación en la penitencia.
Ayúdalos
a liberarse también
de
las estructuras de pecado,
que oprimen a la sociedad actual.
Reaviva
en la conciencia de los gobernantes
la
urgencia de la paz
en las naciones y entre los pueblos.
Infunde
en los jóvenes tu lozanía de vida,
capaz
de contrastar las insidias
de las múltiples culturas de muerte.
A los
ofendidos por cualquier tipo de maldad
concédeles,
Francisco,
tu alegría de saber perdonar.
A
todos los crucificados por el sufrimiento,
el
hambre y la guerra,
ábreles
de nuevo las puertas de la esperanza.
LECTURAS PARA EL OCTAVO DÍA / LEYENDA
MAYOR DE SAN BUENAVENTURA 9, 8
Acompañado, pues, de un hermano llamado Iluminado -hombre realmente iluminado y virtuoso-, se puso en camino, y de pronto le salieron al encuentro dos ovejitas, a cuya vista, muy alborozado, dijo el Santo al compañero: «Confía, hermano, en el Señor, porque se cumple en nosotros el dicho evangélico: He aquí que os envío como ovejas en medio de lobos» (Mt 10,16). Y, avanzando un poco más, se encontraron con los guardias sarracenos, que se precipitaron sobre ellos como lobos sobre ovejas y trataron con crueldad y desprecio a los siervos de Dios salvajemente capturados, profiriendo injurias contra ellos, afligiéndoles con azotes y atándolos con cadenas. Finalmente, después de haber sido maltratados y atormentados de mil formas, disponiéndolo así la divina Providencia, los llevaron a la presencia del sultán, según lo deseaba el varón de Dios. Entonces el jefe les preguntó quién los había enviado, cuál era su objetivo, con qué credenciales venían y cómo habían podido llegar hasta allí; y el siervo de Cristo Francisco le respondió con intrepidez que había sido enviado no por hombre alguno, sino por el mismo Dios altísimo, para mostrar a él y a su pueblo el camino de la salvación y anunciarles el Evangelio de la verdad. Y predicó ante dicho sultán sobre Dios trino y uno y sobre Jesucristo salvador de todos los hombres con tan gran convicción, con tanta fortaleza de ánimo y con tal fervor de espíritu, que claramente se veía cumplirse en él aquello del Evangelio: Yo os daré palabras y sabiduría, a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro (Lc 21,15). De hecho, observando el sultán el admirable fervor y virtud del hombre de Dios, lo escuchó con gusto y le invitó insistentemente a permanecer consigo. Pero el siervo de Cristo, inspirado de lo alto, le respondió: «Si os resolvéis a convertiros a Cristo tú y tu pueblo, muy gustoso permaneceré por su amor en vuestra compañía. Mas, si dudas en abandonar la ley de Mahoma a cambio de la fe de Cristo, manda encender una gran hoguera, y yo entraré en ella junto con tus sacerdotes, para que así conozcas cuál de las dos creencias ha de ser tenida, sin duda, como más segura y santa». Respondió el sultán: «No creo que entre mis sacerdotes haya alguno que por defender su fe quiera exponerse a la prueba del fuego, ni que esté dispuesto a sufrir cualquier otro tormento». Había observado, en efecto, que uno de sus sacerdotes, hombre íntegro y avanzado en edad, tan pronto como oyó hablar del asunto, desapareció de su presencia. Entonces, el Santo le hizo esta proposición: «Si en tu nombre y en el de tu pueblo me quieres prometer que os convertiréis al culto de Cristo si salgo ileso del fuego, entraré yo solo a la hoguera. Si el fuego me consume, impútese a mis pecados; pero, si me protege el poder divino, reconoceréis a Cristo, fuerza y sabiduría de Dios, verdadero Dios y Señor, salvador de todos los hombres». El sultán respondió que no se atrevía a aceptar dicha opción, porque temía una sublevación del pueblo. Con todo, le ofreció muchos y valiosos regalos, que el varón de Dios -ávido no de los tesoros terrenos, sino de la salvación de las almas- rechazó cual si fueran lodo. Viendo el sultán en este santo varón un despreciador tan perfecto de los bienes de la tierra, se admiró mucho de ello y se sintió atraído hacia él con mayor devoción y afecto. Y, aunque no quiso, o quizás no se atrevió a convertirse a la fe cristiana, sin embargo, rogó devotamente al siervo de Cristo que se dignara aceptar aquellos presentes y distribuirlos -por su salvación- entre cristianos pobres o iglesias. Pero Francisco, que rehuía todo peso de dinero y percatándose, por otra parte, que el sultán no se fundaba en una verdadera piedad, rehusó en absoluto condescender con su deseo.
REFLEXIONEMOS
Francisco
llevó consigo al hermano Iluminado de Rieti, su compañero desde 1210. Al
principio, tomados probablemente como espías, son golpeados pero pronto los
soldados dudan. De acuerdo con sus deseos, los dos frailes son llevados a la
presencia del sultán Melek-el-kamel, el sultán interroga a Francisco: “El
servidor de Cristo responde que había sido enviado desde más allá de los mares,
no por hombre alguno, sino por el mismo Dios Altísimo” (LM 9,8). Se separa así
de los cruzados y su violencia. Desearíamos saber más detalles de la
conversación pero no tenemos muchos elementos. Sin embargo, sabemos lo
esencial, Francisco se declara cristiano y es escuchado por el sultán. Luego de
muchos días Francisco constata aspectos positivos en los llamados “infieles”. Se
da cuenta de la profunda religiosidad del Islam, ya que cinco veces al día
Francisco e Iluminado escuchan al muecín lanzar la llamada a la oración.
Francisco descubre que estos hombres no solamente son sus hermanos como
creaturas, no son solamente sus hermanos a causa de la sangre derramada por
Jesús por todos. Todo esto él lo sabía, pero descubre que los llamados infieles
son sus hermanos por esta comunión en la oración al único Dios. Dos semanas
después de encontrarse con el sultán se acaba la tregua y es el momento de la
partida. El sultán, admirado por la sabiduría de este “monje”, trata de
retenerlo con tesoros y regalos. Pero Francisco es pobre y solo desea la
conversión del sultán. Llega la hora del adiós; tanto Francisco como el sultán
saben que no volverán a verse. Por ello Melek-el -Kamel se encomienda a las
oraciones de un no musulmán. Con Iluminado, Francisco emprende la marcha
acompañado por una escolta de príncipes, es el último gesto del sultán hacia
Francisco. Francisco y el sultán en medio de la guerra, tuvieron un encuentro
en Paz, gracias a la hospitalidad de uno y a la apertura al dialogo de ambos.
Si bien Francisco no logra hacer que el sultán se haga cristiano, tampoco el
sultán logra retener a este “monje” llamado Francisco ofreciéndole suntuosos
regalos y dinero. Sin embargo, ambos vivenciaron un encuentro en paz, en donde
cada uno pudo exponer al otro su perspectiva en un franco diálogo. Gracias a
este encuentro en paz que hoy en día los franciscanos viven en paz custodiando
los lugares santos en medio de tierras no cristianas. (El diálogo de los
creyentes. Tomo 3. Curia general OFM. Secretaria de Evangelización. Secretaría
para la formación y estudios. ISE. Venecia.Roma.2005.p.78-79).
PARA NUESTRA VIDA FRANCISCANA SEGLAR (debemos
registrarlo en nuestro diario franciscano seglar…)
1. ¿Qué
opinión te merece cuando un cristiano practicante (entiéndase por aquellos que están
en la iglesia, comparten la oración y son fervorosos y piadosos) juzgan,
critican y hasta ponen juicios a otros cristianos tomando como referencia la
doctrina cristiana para realizarlo?
2.
Cómo franciscanos seglares cuál debe ser nuestra actitud frente a las otras
religiones o expresiones de fe.
3.
¿Cómo darías a conocer tu fe a un no creyente, a un protestante o alguien de
otra religión? ¿Cómo darías a conocer tu experiencia de Dios a la luz de su manifestación
de la otra persona?
ORACIÓN ECUMENICA POR LA PAZ…
Dios
único de todas las criaturas humanas,
tú
creaste la tierra y el cosmos,
y
también las diversas culturas y religiones.
El
mundo debe ser, según tu voluntad,
una
casa pacífica y habitable para todos,
Escogiste
el vecino Oriente para que él, junto con nosotros, hiciera conocer
tu
Nombre y tu Camino en numerosos lugares.
Abraham,
padre en la fe de los Hebreos, Musulmanes y Cristianos,
escuchó
tu llamada
en la
Región que se extiende entre el Eufrates y el Tigris, que es el actual Irak.
Prometiste
de modo especial al antiguo y al nuevo Pueblo de Israel
vida
y futuro.
Como
mujeres y varones cristianos te agradecemos,
sobre
todo, por el Señor Jesucristo, nuestro Hermano.
Él es
nuestra PAZ.
El
vino a derribar los muros y a dar a todos, sin distinción.
Vida
y futuro.
Nos
sentimos en comunión con las Iglesias del vecino Oriente,
Ellas
dan testimonio del Evangelio de Jesús,
de la
fuerza de la libertad sin violencia
y de
la certeza de la Resurrección.
Tú
nos creaste a todos a tu imagen y semejanza.
Todos
somos tu imagen.
A
todos los que te buscan en verdad
les
inspiraste hambre y sed de justicia
y
deseos de PAZ.
Todos,
Musulmanes, Cristianos y miembros del Pueblo de Israel,
aspiran
ardientemente a la reconciliación.
Todos
estamos de luto por las víctimas del odio y de la violencia.
Todos,
según tu proyecto, estamos llamados
a
colaborar en la construcción de un mundo nuevo.
Nosotros
te pedimos:
ten
misericordia de todas las víctimas y de todos los culpables.
Da a todos, sobre todo a los responsables de la política,
ORACIÓN FINAL
Seráfico Padre mío San Francisco, pobre y desconocido de todos, y, por esto, engrandecido y favorecido de Dios. Porque te veo tan rico en tesoros divinos, vengo a pedirte limosna. Dámela generoso, por amor al buen Jesús y a nuestra Madre, la Inmaculada Virgen María, y por el voto que hiciste de dar por su amor todo lo que se te pidiese. Por amor de Dios te ruego que me obtengas dolor de mis pecados, la humildad y el amor a tu pasión; conformidad con la voluntad de Dios, prosperidad para la Iglesia y para el Papa, exaltación de la fe, confusión de la herejía y de los infieles, conversión de los pecadores, perseverancia de los justos y eterno descanso de las almas del Purgatorio. Te lo pido por amor de Dios. Así sea.
+ En
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Recuperado de: https://www.facebook.com/espirituyvidaofm/posts/2456494631310585
02/10/2020
Comentarios
Publicar un comentario